Entrevista: GABRIELA MARRONE Ella fue la primera

  

Gabriela fue la primera mujer del rock argentino, y también, en 1972, la primera en grabar un disco de larga duración (Gabriela). Junto a músicos de la talla de Edelmiro Molinari (Almendra, Color Humano), Oscar Moro (Los Gatos, Serú Girán), David Lebón y Litto Nebbia, conquistó a 5.000 personas en el festival BA Rock celebrado en 1971. Éste fue su debut en los escenarios. Luego y avanzando en su trayectoria musical llegarían Ubalé, 1982, Friendhsip, 1983, Altas planicies, 1991, Detrás del sol, 1997, Viento rojo, 2000 y El viaje, 2006.

Gabriela Parodi, ese es su verdadero nombre, nació en Buenos Aires, pero vivió en un campo de la pampa, en el departamento de Rauch (Provincia de Buenos Aires) hasta los seis años. Cuando tenía ocho años su padre ingresó a la carrera diplomática que le significó ser trasladado sucesivamente con su familia a Portugal, Turquía, Irlanda y Brasil. En 1969 en París comenzó su carrera musical influenciada por los Beatles, Joni Mitchell y el rock inglés de la época, pero también por sus ídolos de la infancia: Harry Belafonte y Miguel Aceves Mejía.

En 1974 Gabriela y Edelmiro Molinari, en ese momento su pareja, decidieron radicarse en Los Angeles (Estados Unidos). En 1976 ambos tuvieron a su hija Cecilia, lo que la llevó a dejar sus actuaciones durante cuatro años. En los Estados Unidos, Gabriela pasó por un duro período de aclimatación: trabajaba donde podía –en fábricas, en la cocina de un restaurante–, criaba a su hija y escuchaba la música que se hacía a su alrededor. Pasaron varios años hasta que se sintió preparada para volver al estudio de grabación, pero la espera valió la pena. Ubalé, de 1982, tuvo el aporte de los guitarristas David Lindley y Robben Ford, y del percusionista Alex Acuña, más una legión de argentinos –Kerpel, Marrone, Molinari, Santaolalla, Gieco– que pusieron su sello a hermosas canciones como "Bailar, soñar, bailar", "Es la lluvia y nada más" y "Desde tu corazón", esta última escrita por León Gieco.

En 1983 grabo su tercer álbum en Suecia, Friendship. A comienzos de la década del '90 volvió a la Argentina  para realizar el disco Altas planicies (1990), con todas canciones propias o en coautoría, con músicos como Lindley, Acuña, Marrone, Dino Saluzzi, Pedro Aznar, Mono Fontana, Rodolfo Garcia, David Lebón y Juan Carlos Baglietto, entre otros.

Su alma luchadora y creativa la llevó siempre a experimentar y a no abandonar la búsqueda, por eso mismo Gabriela se relacionó con músicos de prestigio que han captado su intensión de bucear en ciertas profundidades.

En 1996 se relacionó musicalmente con el guitarrista estadounidense Bill Frisell y el productor Lee Townsend, que la llevó a editar su quinto álbum, Detrás del sol, acompañada por Bill Frisell en guitarra, Alex Acuña en batería y músicos como Eyvind Kang en violín, Rob Burger (Tin Hat Trio) en acordeón y Bill Douglass en contrabajo. El álbum fue muy elogiado por la prensa europea y norteamericana y ganó ese año el Premio de la crítica discográfica alemana (Deutschen Schallplattenkritik) y fue elegido por la revista Acoustic Guitar como uno de los diez mejores discos de la década del '90.

En 2000 lanzó su sexto álbum titulado Viento rojo, con los aportes de Bill Frisell, Eric Longsworth, Jenny Scheinman y Viktor Krauss. El álbum fue elegido uno de los mejores del año por el prestigioso programa de radio Global Village.

A mediados de la década de 2000, Gabriela y su esposo Pino Marrone se radicaron en Buenos Aires. En 2006 lanzó su séptimo disco, El viaje, grabado en Seattle y producido por Lee Townsend y Tucker Martine.

 

 “Fui la primera mujer que cantó rock, pero me gustaría que reconozcan lo que soy hoy en día… Siento que en mi carrera, en cada disco fui mejorando y avanzando y adelantando. Hice un trabajo muy duro durante toda mi vida y me gustaría que, finalmente, reconozcan quién soy hoy”. Diría Gabriela en el libro “Mina de Rock” de Karim González.

No es imposible pensar que nuestro país algún día dejará de ser injusto, y reconocerá a los que tanto aportaron a la cultura que nos identifica. Y mucho más aún a los pioneros, a los que pusieron la piedra fundamental para que desde esa base, con el transcurso del tiempo, se construyera tanto.

 

CelinaVive!: Tengo la costumbre de comenzar hablando de la infancia, el lugar que nos marca para siempre. Qué recuerdos, qué imágenes llegan de esa etapa?

Gabriela Marrone: “Horizontes vastos y redondos, campos verdes, una relación intensa y luminosa con la naturaleza y los animales, comenzando por los caballos con quienes compartía la mayor parte de mis días mientras viví en el campo. No teníamos televisión ni ningún otro entretenimiento excepto libros, los cuales me devoraba. Atribuyo el desarrollo de una prolífera imaginación a las horas en las cuales, con mis hermanos, inventábamos juegos de la nada. Ahí escuché mis primeras notas musicales, acordeones y guitarras los domingos tocando chamamés, música festiva y alegre. Recuerdo que había gente de Corrientes trabajando en el lugar y traían sus canciones y sus costumbres con ellos. Fueron sonidos que quedaron grabados dentro mío para siempre, y que aún hoy me hacen sonreír”.

 

Celina Vive!: De vivir en el campo a vivir en diferentes ciudades europeas, cómo te han pegado esos cambios en tu niñez?

GM: “Pude apreciar los beneficios de haber vivido en distintas culturas de mas grande, pero en ese momento, cuando era chica, me costaban los cambios, los adioses, y el no poder echar raíces en ningún lado. A la vez, siempre tuve una veta sociable, positiva y aventurera en mí, un poder de adaptación rápido, me hacía de amigos fácilmente y disfrutaba de la vida, en cualquier lugar que estuviese. Mi primer destino al dejar Argentina con apenas 8 años, fue Portugal, un lugar suave y estéticamente hermosísimo. Recuerdo que la gente era buena, generosa y amigable. En Lisboa vi mi primer concierto, Amalia Rodrigues. Esa mujer envuelta en un chal negro cantando como un ángel, marcó mi destino. Tengo también maravillosos recuerdos de Turquía e Irlanda. Y cuando dejé la casa de mis padres a fines de los sesenta me fui a vivir a Paris, adónde estudié teatro y comencé mi carrera musical influenciada por Joni Mitchell, The Beatles, Bob Dylan y otros músicos que me dieron vuelta la cabeza”.

 

 Celina Vive!: En la plenitud de tu carrera como solista femenina, que no es poca cosa en el mundo del rock machista  y con varios egos, te fuiste con Edelmiro a vivir a Los Ángeles. De quién fue la idea de esa partida?

GM: “Fue mutua, una decisión compartida. Yo venía de grabar mi primer disco, “Gabriela”, producido por Edelmiro Molinari y pionero para el país de aquella época, que tuvo su éxito. Pero a la vez tenía bien claro que quería ser partícipe, aunque sea por un rato, de todo el movimiento musical de la Costa Oeste. Ahí vivían mis ídolos, Joni Mitchell, David Crosby, Neil Young, Tom Waits…y ese rato se convirtió en 16 años!”.

  

Celina Vive!: Tu amistad con León Gieco y Raúl Porchetto sigue intacta a pesar de los años?

GM: “Les tengo mucho aprecio por el pasado y todo lo que compartimos, pero nuestros caminos, tanto de vida como artísticos, se bifurcaron naturalmente, y hace mucho tiempo que ya no nos vemos”.

 

Celina Vive!: En los primeros años de tu estadía en EEUU estuviste un poco alejada de la música. Te ha costado instalarte como artista en el país del norte?

GM: “Siempre lleva tiempo y esfuerzo instalarse en un lugar nuevo, pero el motivo real estuvo mas relacionado a mi vida personal que a la música. Me quedé sin dinero antes de lograr insertarme como artista, por ende tuve que salir a hacer otros trabajos para mantenerme. Nació mi hija Cecilia, me divorcié, y me volví a casar con quien aún hoy es mi marido, Pino Marrone. Fueron años de mucho agite, que no me dejaron ni tiempo ni espacio mas que para sobrevivir. A la vez me sirvieron para escuchar y aprender de una manera muy profunda. Conocer otro lado de la vida me hizo madurar aceleradamente, y creo que esa fase que me tocó vivir quedó documentada en mi álbum “Ubalé” con una autenticidad incuestionable. Comencé a grabarlo a fines de los 70 cuando aún no existía ni el término “World Music”. Fui seleccionando músicos claves para este álbum, con quienes se produjo una fusión innovadora para ese momento que funcionó de manera muy natural. Logré mezclar la magia de la música de la Costa Oeste de California con figuras legendarias como David Lindley, Robben Ford y Alex Acuña, con talentosos músicos argentinos radicados en Los Ángeles como Pino Marrone, León Gieco y Gustavo Santaolalla”.

 

Celina Vive!: Tengo entendido que en el 92 cuando volviste a Bs.As. te has llevado una desilusión. El ambiente musical que habías dejado ya no era el mismo, habían cambiado ciertos códigos de aquella primera época

GM: “Sí, claro, todo cambia, y lo que uno recuerda y añora, muchas veces al volver y querer reactivarlo, se encuentra con que ya no existe más, excepto en su memoria. Yo venía con un bagaje de conocimiento interesante, dispuesta a compartirlo, y me sentí muy sola, a nadie le interesaba nada que no fuese estrictamente lugareño, la gente que conocía de antes ya no era la misma, todos habíamos cambiado, y tuve que hacerme de amigos nuevos que estuviesen en mi misma frecuencia. Los cambios en principio acarrean dolor pero generalmente se transforman en algo positivo. Y así fue. Ya que mientras grabé mi álbum, “Altas Planicies” fui conociendo el nuevo orden de la Argentina, me re inventé, y me hice de colegas y amigos con quienes compartir el presente. Me enriquecí muchísimo haciendo ese álbum con músicos únicos y muy especiales como Daniel Goldberg, Pino Marrone, Pedro Aznar, Mono Fontana y Dino Saluzzi entre otros. Con Daniel Goldberg, como productor y arreglador, también grabé mi único disco en inglés, “Friendship”, en Estocolmo en 1982”.

 

Celina Vive!: Creo que al grabar “Detrás del sol” con gente que admiraste siempre fue uno de tus grandes “gustos” en tu carrera musical?

GM: ““Detrás del Sol” fue todo luz, fue un día perfecto. Fui convocada por Bill Frisell y Lee Townsend, su productor, y fue el principio de una larga colaboración compositiva con Frisell. Estaba todo el mundo feliz, había química por donde la buscaras, y yo no podía creer estar cumpliendo el sueño, por ejemplo, de escuchar a Bill Frisell y Alex Acuña, dos de mis ídolos, tocando juntos. Durante la grabación de ese disco, que fue hecha en vivo, incluyendo mi voz, algo totalmente nuevo para mi forma de trabajar, no paré de sonreír. Traje temas muy luminosos a la mesa, y la banda los disfrutó y tocó con una musicalidad y energía que pocas veces experimenté. Los distintos tonos y colores que aportó cada músico a ese disco se entrelazaron de una manera orgánica y celestial, fue una explosión de vida”.

 

Celina Vive!: “Viento Rojo”, un discazo para mi gusto, es un disco diferente. Sin batería, sólo con chelo, guitarra, violín y contrabajo acústico. Fue un gran desafío?

GM: ““Viento Rojo” fue una maravilla a nivel creativo, muy mágico. En las últimas décadas me empezó a interesar más y más explorar el concepto sónico en los distintos arreglos musicales. Me apasiona trabajar con las dinámicas y los timbres tanto como con las melodías y las palabras, ya sea cuando la música tiene arreglos escritos como cuando se graba en vivo espontáneamente como en el caso de “Detrás del Sol” o “El Viaje”.  Tocar con ese ensamble de cuerdas con músicos tan exquisitos, te diría que mas que un desafío fue un viaje maravilloso. Ese sonido tan espeso que producían el violín, violoncello, guitarras y contrabajo juntos fue una delicia para mis oídos mientras cantaba. Y los arreglos de Bill Frisell fueron tan originales y diferentes como lo es él, pura música y conexión. Lo de hacer un disco sin batería se me ocurrió a mí, imaginaba una nave flotante, que nunca tocase la tierra, y así fue. El puñado de canciones de “Viento Rojo” tenían una belleza mas “dark” pero yo sentía que constantemente se balanceaba con la luz que producía esa instrumentación, fue emocionante”.

 

Celina Vive!: Por qué “Viento Rojo” no se consigue en Argentina?

GM: “Porque a nadie le interesó distribuirlo. Hice varios intentos junto a la compañía alemana, Intuition, que lo editó en todo el mundo, pero no funcionaron”.

 

Celina Vive!: Los premios, a veces son caricias para el alma, cómo viviste ese premio ganado en Alemania?

GM: “Exactamente como lo describís, como una caricia para el alma. Lo agradecí y aprecié muchísimo, fue un reconocimiento único, nunca dí por hecho que yo me lo merecía, fue una de las sorpresas más lindas que alguna vez tuve. El Deutschenschallplattenkritik es el premio mas prestigioso que otorga la crítica de Alemania, Austria y Suiza, y que “Detrás del Sol”, mi primer disco en español editado en Europa, lo haya ganado fue un flash!”.

 

Celina Vive!: Alguna vez dijiste: “La vida no es perfecta”, en relación a que vos componías en un lugar pero tu música triunfaba cruzando el océano.

GM: “Lo sigo pensando, la vida está lejos de ser perfecta, y aprender a aceptarlo sin sentirse responsable por cada cosa que no sale, es la posta. Hay que ser más bondadoso con uno mismo, somos sólo partículas girando alrededor del sol y nuestro entendimiento es muy limitado. Hacemos lo que podemos, el resto hay que aprender a librarlo al azar, a dejarlo ir. Claro que me costó entender que esas 3 joyitas de discos interpretados por los mejores músicos de esta época como son “Detrás del Sol”, “Viento Rojo” o “El Viaje” no tuvieran acceso a mi país, pero fue un ejercicio en humildad, y pienso…otra vez será, o quizás nunca, está fuera de mi control. Hoy en día la música gira constantemente en las redes, en el aire, accesible a quien quiera oírla”.

 

Celina Vive!: Has vivido en tantos lugares que voy a atreverme a preguntarte cuál sería tu lugar en el mundo, el lugar donde te sentís más plena?

GM: “Definitivamente mi lugar en el mundo es Argentina, por mas cariño que le pueda guardar a los otros sitios en los que viví. Aquí nací, y siento un lazo inquebrantable con este lugar”.

 

 Se están cumpliendo casi tres años que apareció el libro “Las mil vidas de Gabriela”, de Editorial Marea. En donde la misma Gabriela cuenta sus inicios dentro de la música, desde la elección de su nombre hasta los orígenes de sus canciones. Un libro imperdible.

 

Entrevista: Carlos Romano

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Entrevista: Pity Álvarez “Todo se fue dando sin pensarlo”

Entrevista: JORGE SOSA Observar y comprender Ciudad Sagrada de Quilmes

RICARDO CELMA : LOS PILARES DEL ARTE