Editorial marzo 2025
Mi
sangre golpea, como el latido de la injusticia en la orilla del mundo.
Aspiro
y en un cristal del alma solo queda el aire urgente que no espera.
En un
momento de mi vida fui pájaro de mi jaula, y hacía cantar a los vientos con puro
silencio.
Hoy, la
única jaula es la misma prisión que nos creamos, el presente desolador.
Crecí
aprendiendo que no hay historia de reyes sin pobreza, solo sueños ebrios de
sombras.
De un
estallido al silencio. Del silencio a la resignación… Asco y pena!
No
escuchar palabras que indiquen una salida lastima. Nos sumerge en el desamparo.
Solo bombardeos,
con la extrema complicidad de un periodismo con ideas cortas y con bolsillos
grandes.
Tengo
el corazón grande para albergar tanta impureza, tengo paciencia, también la
semblanza del que sabe aguantar. Pero no va por ese lado lo que uno sueña. Mis
sueños no son individualistas.
Hay un
mar de almas en penas que necesitan coherencia, ternura, sabiduría, y un gran
abrazo que contenga su desesperanza.
Carlos
Romano
Director

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