TANGO ARGENTINO EVOCADOR Y REALISTA Por Alcides Ferrari
En tiempos antiguos se decía que si un loco se proponía alcanzar la luna tirándole piedras lanzadas con una honda de cuero… seguramente iba a fallar en su intento pero ante la práctica se convertiría en un extraordinario e inigualable tirador de honda. O sea que sabiendo elegir el blanco, el empecinamiento en obtener buenos resultados se puede conseguir en más o menos tiempo para luego beneficiarse y disfrutar de su logro.
Esta relación de semejanzas entre cosas distintas es aplicable en la música. El médico español nacido en Cataluña en 1852, célebre por haber compartido el premio Nobel de Medicina en 1906 con Camillo Golgi por su trabajo en es el estudio del “Sistema nervioso” Don Santiago Ramón y Cajal así lo comenta en sus “Charlas de café” creyendo haber visto esa analogía entre un “Hobby” disparatado y el arte.
Por lo tanto también se manifiesta en el tango, ya que no todos los músicos compositores y autores de letras se consagraron en sus primeros intento, tuvieron que afinar su puntería en el gusto popular para llevar al éxito sus obras.
El tango luego de demoler antiguas costumbres tradicionales y/o religiosas de una sociedad que no aceptaba el abrazo al bailar, en su avance junto al colorido musical al incorporar otros instrumentos que logran un ritmo más pausado y dinámico a la vez, agrega la poesía en sus letras bajo el arrullo evocador de la nostalgia de amores pasados, de la madre o mejor dicho la queridísima “vieja” que se ganaba el pan diario fregando ropas en el piletón (Los años cambian todo… hoy hubiese tenido un “Plan piletón” que le hubiese quitado la dignidad del trabajo y… chau letra tanguera) con esto y si le sumamos los amigos del café, el viejo barrio cambiado, el cabarute con Mimí (la reina de las burbujas)., el compadrito porteño y cuanto a Ud. se le ocurra en la evocación de los cuarenta que acunaron a un pueblo que vivió feliz a pesar de los almidonados críticos con posturas académicas que buscaron destronarlo con diversos métodos y medios afines.
Igual que el teatro, el tango nació en el “Buenos Aires Plebeyo” (integrado por la chusma de los orilleros de los suburbios que junto a la guapeza de los gauchos de la campaña se habían adueñado del lugar), así fueron llamados entre otros por los acartonados de poca cultura pero ricachones por los generosos ingresos en la venta de carnes a Europa, ocupados más en atender las modas europeas en lectura y vestimenta que en las necesidades de su peonada. Esto produjo una enorme diferencias de clases y marcó la cancha refundando el “CLUB DE LA POBREZA” que tiene como primeros socios a los trabajadores (hoy se incluye a los jubilados). Actualmente existe en nuestra querida y casi devastada Argentina (ex riquísima) ante la mirada atónita de funcionarios de distintos colores partidarios, faltos de ánimo y valor a la hora de tomar decisiones y/o hacer frente a situaciones comprometidas (Pusilánimes es la palabra). Mucha gente dice que la gestión de los gobernantes apunta más a sus beneficios personales que las necesidades de la población. Recordemos lo que escribió San Martín por 1800 “Los habitantes de argentina NO son empanadas que se comen de un solo bocado…”.
Para peor todo esto se intenta tapar con una profusa difusión en radio y televisión con programas de un clima festivo sazonados de ignorancia muy alejados de la cultura, sin madurez ni refinamiento artístico que producen un embrutecimiento en los jóvenes que día a día pierden su personalidad fascinados por imitar las formas, dichos y hechos desaliñados con la educación y el buen gusto de las olvidadas costumbres argentinas y son partes de la realidad que vivimos quienes habitamos esta bendita tierra en el 2020.
En el libro “Tango, magia y realidad” su autor Ángel José Menegaz dice hablando de Francisco Canaro que durante la década del treinta había montado un proyecto de espectáculo que se intercalaba entre la revista y la comedia musical y Luis F. Villarroel en el libro “Tango Folklore de Buenos Aires” lo llamo “Sainete Musical”.
Así fue que en el Teatro Nacional de la Av. Corrientes el 17-Junio-1932 se estrenó su primera obra “La muchachada del centro” un sencillo cuadro que marca la victoria del amor sobre la “situación” (Esta última palabra se refería en la jerga porteña de esa época a la muy buena situación económica del país y demostraba que si el amor sin plata triunfa en época de vacas gordas nos dejaba un mensaje optimista para afrontar los tiempos del 2020). En esos años congregaba un público que gozaba la música, la danza y el dialogo de los protagonistas (que vestidos con esmero provocaban con su capacidad la expectativa de los concurrentes SIN tener necesidad de mostrarse semi-desnudos como ahora.
Sobre esto Luis F. Villarroel escribió en 1957 “El tango burlón se reía de las penas, apostar al amor era apostar a la vida, con ese anhelo se hacía la confraternidad humana que muestran estos ritos teatrales de conciliación social”.
“La música, el baile, las canciones que han perdurado largo tiempo en la memoria popular, el contrapunto de las parejas cómico-dramáticas reproduciendo la dualidad de la vida humana; dolor y alegría, risa y llanto etc. todo eso hizo posible que alcanzara más de 900 representaciones en dos años. Y Ángel José Menegaz remata “Bien se puede suponer que la crisis tuvo que ver con el triunfo de la comedia musical porteña, como la Segunda Guerra Mundial tuvo que ver con el triunfó del musical en Broadway. Atte. Los saluda Alcides Ferrari, creador del Blog en Google y del grupo en Facebook titulados “Milonguero porteño” y participa en el programa radial “Ronda de Ases” creado y conducido por Oscar Héctor
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