La salud Mental y la Adaptación al Cambio Acerca del Film “Pasajeros” de Morten Tyldum Por Lic. Sergio Korman




En días de pandemia, aquellos que tuvimos que adaptar nuestras actividades a la permanencia casi constante en nuestros hogares, uno de los “entretenimientos”, que en mi caso siempre ha sido una fuente de enriquecimiento cultural, y no un mero pasatiempos, o una búsqueda de “emociones”, que más hemos incrementado, entre otros, es el ver películas, y series. Los que ya tenemos unos años, hemos tenido que recurrir a viejas películas que nos emocionaron y/o enriquecieron en el pasado, a veces, buscándolas en alguna plataforma, o a veces, incluso, porque “de casualidad”, aparecen en pantalla a la hora de hacer “zapping”.

Fue el caso de la película que tuve la oportunidad de ver estos días, que ya la había visto hace años -es del 2016- , pero, sorprendentemente, se me hizo totalmente actual, es decir, encontré una relación directa con la época que pasamos, la cuarentena eterna.

La película, que recomiendo, aunque no la considero de las mejores en esa temática -la ciencia ficción-, plantea un dilema, o mejor dicho, varios dilemas, uno ético, otro psicológico, y otro de corte científico, aunque no es lo que nos toca analizar aquí.

Se trata de una nave, que se desplaza por el universo, camino a un “mundo paralelo”, una suerte de fantasía paradisíaca, donde miles de “pasajeros”(tal es el título de la película), han comprado una suerte de “paquete turístico”, aunque con la idea de ir a colonizar tal planeta, es decir, la idea mítica, y fantasiosa, que todos hemos tenido alguna vez en nuestras vidas (algunos la tienen y la conservan durante toda sus vida), de “empezar de nuevo”, de “tener una nueva oportunidad en la vida”, suponiendo, obviamente, que esa “oportunidad”, VA A SER EXITOSA, va a ser mejor, superior, a la vida que “nos ha tocado”.

Es más, esa es la razón, entre otras, por la cual miles, millones de personas emigran, de países o de situaciones, que hacen de sus vidas una realidad insoportable: sirios, senegaleses, venezolanos, mexicanos, y personas de todas las edades y géneros, que huyen literalmente, en general “con lo puesto”, a horizontes de superación, horizontes de ilusiones.

En este caso, una falla en el sistema de hibernación de los pasajeros -porque tal viaje insume CIENTOS DE AÑOS, en los cuales, los pasajeros permanecen hibernando, sin envejecer obviamente, hasta su llegada a destino.

Una falla, decía, genera que uno de ellos, interrumpa su hibernación, y pase a integrar un mundo, dentro de la inmensa nave -con una dotación de 5000 pasajeros hibernados en cápsulas, y 258 tripulantes, en sectores absolutamente inaccesibles para los pasajeros, la mayoría, también, en estado de hibernación, y otros, son máquinas, robots, o androides, es decir, máquinas con formato humano, lenguaje y aspecto humano.

Ese pasajero, un ingeniero, descubre que necesariamente morirá en esa nave, sin llegar vivo a destino, ya que restan 90 años de viaje.

Descubre, a su vez, que pasará esos 90 años, en absoluta soledad, salvo la "compañía" de los androides, mozos, camareras, azafatas, y, por otra parte, rodeado de todas las comodidades imaginables, comida y bebida a voluntad, pileta de natación, gimnasio, en fin, todo lo necesario para una vida sin privación alguna.

Y así pasa un año, hasta que descubre, que está en condiciones, de des hibernar a otro pasajero, y así lo hace, “eligiendo” a una mujer, entre miles, que considera, su “Eva”, en ese mundo “paradisíaco” de Adán solitario.

Y así lo hace, despierta a la que sería su compañera en ese viaje sin destino, sin decirle que ese despertar fue obra de él, sino que, como él, se debió a una falla.

Poco a poco se van conociendo, y como no podía ser de otra manera, en una ficción hollywoodense, se enamoran, y encima, en una suerte de paraíso en el espacio, con absolutamente todas las comodidades. Incluidos viajar por el espacio, amarrados a cables de seguridad.

Pero sucede que, uno de los mozos-androides, que conocía la historia verdadera, le confiesa a la señorita, que su despertar no ha sido una falla mecánica, sino obra de su solitario compañero.

Y allí ella entra en furia, y casi lo asesina a quien, hasta hacía instantes, era el hombre que la hacía inmensamente feliz, el hombre que la completaba.

No voy a contar el devenir de la trama, porque es interesante plantear estos hechos como dilema.

¿Podemos ser felices, sabiendo que vamos a estar, casi en calidad de “pasajeros”, es decir, casi sin contacto humano, salvo nuestros seres “queridos” (o no tan queridos), pero de nuestro entorno inmediato?

¿Podemos adaptarnos, quizás, DE POR VIDA, ¿a un nuevo escenario vital?

Es cierto, no se trata de ningún escenario paradisíaco, como el de la película, mucho menos para quienes viven en ambientes muy pequeños, e incluso habitados por muchas personas, incluidos los niños, pero el dilema, a mi criterio, es otro.

¿Es posible RESIGNIFICAR una nueva realidad que se nos impone? Y en lugar de padecerla, de sufrirla, ¿HACERLA PROPIA?

Ese es un poco el sentido, el objetivo, de un Proceso Terapéutico, de un análisis, de una Terapia. Obviamente, tomando en cuenta cada escenario vital en particular, cada individuo, cada formación familiar, pero la idea básica, la idea directriz, es la misma: LA BÚSQUEDA DE LA ADAPTACIÓN AL CAMBIO, que la vida, casi permanentemente, nos presenta. Nos desafía.

¡Hasta la próxima!

Lic. Sergio Korman / MN 12678 Psicólogo / Tel. 11-6223-0623

Atención en la Cámara de Comercio de Ciudad Celina (días martes, consultar horarios vía Whatsapp)

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