Entrevista: LUIS FELIPE NOE Una Vida, Una Pasión




Hablar de Luis Felipe Noé es hablar de alguien que pertenece a la historia de la Pintura Moderna de nuestro país, es hablar de “La Nueva Figuración”, de una búsqueda incansable, es hablar de un hombre que eligió uno de los caminos más libres de la pintura argentina, porque estuvo siempre ligado a su parte instintiva no dando tanta importancia a lo académico.

Nació en 1933, en pleno centro de Buenos Aires, hijo de Julio Noé y Beba Ruiz, a su padre le agradece el haber estado siempre vinculado con el mundo de la cultura, pero de su madre dice tener la gracia y la pasión y agrega que subjetivamente tiene más de ella que de su padre.

Estudió pintura con Horacio Buttler, quien el día de la inauguración de su primera exposición (1959) le dijo: “Llegué temprano por si no me gustaba, pero lo estuve esperando para decirle que usted me ha dado una gran lección, haciendo lo contrario de lo que yo le enseñé, ha hecho una pintura que le ha dado un gran resultado”.

Desde muy temprana edad por sus venas siempre corrió sangre de artista pero comenzó ganándose la vida como crítico de arte.

Vivió en Europa, en Nueva York, pero siempre volvió a su Buenos Aires querido.

Sin ninguna duda, estamos frente a un artista con una larga trayectoria, en octubre de este año se van a cumplir 65 años de aquella primera exposición en Galería Witcomb que se hallaba en la calle Florida. Sin ninguna duda estamos frente al artista que más libertad le aportó al arte argentino.


Celina Vive!: Nacido en Buenos Aires, con más precisión, en qué lugar?

Luis Felipe Noé: “Más centro clásico imposible, nací en Tucumán y Esmeralda, En poco tiempo nos mudamos a Basavilbaso y Alem, y luego, cuando tenía 8 años, a Juncal y Esmeralda, y ahí me quedé hasta que me casé...”.



CV!: Y qué imágenes llegan de la infancia?

LFN: “Creo que tengo más imágenes de la adolescencia que de la infancia... De la infancia tengo una muy fuerte... Cuando nací mi padre ya había publicado dos antologías de la poesía argentina, había sido secretario de redacción de la revista “Nosotros” que fue una revista literaria muy importante (de 1911 a 1940), esta revista fue como una previa a la función que cumplió después la revista “Sur”, además mi padre fue secretario de organización de la “Asociación Amigos del Arte” que era una asociación de señoras pitucas, pero él hacía la programación de exposiciones y conferencias. En este lugar se hicieron las principales exposiciones de arte moderno... Mi padre por naturaleza era antinazi, me mandaba a un colegio francés, era una generación dominada por el modelo francés, era el momento de la segunda guerra mundial, las conversaciones giraban en torno a eso, el eco de la guerra llegaba a mis oídos permanentemente... El colegio estaba dirigido por un belga, era didácticamente un espanto, con una disciplina de comienzos del siglo XIX, y recuerdo que no se les ocurrió nada mejor que humillar a un muchachito, se llamaba León, le pusieron orejas de burro, una soga como si fuese la cola, y lo pasearon por todo el colegio, mientras todos los chicos se reían y se burlaban de él, recuerdo que me enfermé de ver todo eso, me la pasaba pensando que el próximo sería yo y eso me provocaba espanto. Otra imagen que viene a mi memoria es la de Córdoba... Mi madre por razones de salud estuvo un tiempo viviendo en las sierras, se lo había recomendado el médico, y me acuerdo que estando en el lugar hubo una invasión de langostas, fue terrible ver todo ese espectáculo. En fin, son pequeñas vivencias que luego uno va reconstruyendo con el tiempo, por ejemplo hay secretos familiares que recién descubrí a los 70 años, y me pregunté varias veces, ¿Cómo no me di cuenta antes? (Se ríe).



CV!: Se puede decir que por su formación estuvo encaminado para el lado de la escritura?

LFN: “Mi padre, por razones obvias, me preparó más para la escritura, pero a mí siempre me fascinaron las imágenes, siempre sentí que por ese lado andaba la cosa, cuando tenía 11 años tenía fascinación por ver exposiciones, y así como los chicos reconocen marcas de autos, yo reconocía estilos y pintores... Mi padre decidió que hiciera un bachillerato normal, luego me sugirió que haga una carrera, y que si quería estudiar pintura lo hiciera simultáneamente, ahí fue cuando estudiando Derecho por un lado entré al taller de Horacio Buttler por el otro... Mi padre se preocupaba porque tenga un sustento, era como decir: Y si no sos un pintor que triunfe, qué vas a hacer? Nunca lo vio mal lo de la pintura, pero lo veía riesgoso... Estuve en el diario “El Mundo”, luego en “El Nacional” que duró poco tiempo, por eso lo llamaban “El nació mal”. Tuve un paso por “La Razón”, pasé por “La Prensa”, pero lo mío era la pintura, realicé mi primera exposición en octubre de 1959, el año pasado se cumplieron 50 años... Antes que públicamente pintor fui crítico de arte, mi critica no era insolente, era más bien una critica que partía de la admiración, es que yo quería ser lo que criticaba, las mías eran críticas respetuosas... Tengo que volver otra vez a la infancia porque hay recuerdos que se entrecruzan...”



CV!: Por favor, volvamos...

LFN: “Tenía casi 12 años el 17 de octubre de 1945, crecí en una casa antiperonista, mi padre no podía comprender su pasado militar y su admiración por Mussolini... El 17 de octubre lo vi desde la ventana, y sentí algo que me fascinaba, al mismo tiempo también sentía un quiebre entre los valores de mi padre y eso que estaba aconteciendo en la calle, y comencé a procesar con el tiempo todo esa etapa... Una vez adolescente comencé a ir a las manifestaciones peronistas porque me atraían estéticamente, o si se quiere antiestéticamente, pero había algo de ruptura, por eso algunas veces cuando me preguntan: ¿Cuál es el pintor que a Ud. más lo influyó?, pregunta que yo siento algo así como: ¿Ud. que es medio idiota de dónde sacó una idea?, me fastidia esa pregunta, y contesto que el pintor que más me influyó fue Perón... Es que algo recibí en vivencias, todo eso me atraía como espectáculo, todos esos recuerdos, cuando se quemaban las iglesias, ciertos locales... Recién en los años 60 comencé a formular todas esas vivencias en mi obra”.



CV!: También se ve reflejada esa violencia en la Serie Federal, esos rojos que simbolizan varias cosas

LFN: “La Serie Federal hablaba de la violencia que veía en la atmósfera de la historia, en las tensiones más que en el conocimiento... El rojo del Federalismo, de la sangre, de los actos violentos en sí...”



CV!: Cómo nace su relación con Jorge de la Vega, Ernesto Deira y Rómulo Macció?

LFN: “Cuando hago mi primera exposición, el mismo día de la inauguración me hice amigo de Alberto Greco, Jorge de la Vega y Rómulo Macció... Y en esos momentos mi padre me ofreció una fábrica de sombreros que había sido de su padre, ahí tenía espacio de sobra, al poco tiempo estaban ellos también instalados, bueno Greco fue reemplazado por Ernesto Deira, quién se sumó después al grupo... Nosotros empezamos ahí a tener no solamente el acto vitalista de la pintura sino el testimonio del hombre que lo vive, ahí comenzó a configurarse una pintura que daba el testimonio en la acción misma del acto, hacer pinturas vivénciales de la historia...”



CV!: “La Nueva Figuración”, naciendo de manera conciente o inconsciente?

LFN: “Entre la conciencia y la inconciencia había un diálogo permanente, había algo que nos movilizaba internamente, particularmente lo vivía con un clima romántico... Fue un momento de éxito para mí... En esa época le decía a Jorge de la Vega: “Pensé que estaba haciendo un arte de ruptura y estoy vendiendo mis cuadros como si fueran chocolates, creo que me estoy equivocando...” Entonces, comencé a pintar un mundo de tensiones, rupturas, cuadros que se dividían y aparecieron las figuras violentas, y la gente comenzaba a tener ciertas opiniones, decían: “Cómo en la Argentina, país tranquilo, que no vivió la Segunda Guerra Mundial, pero esta violencia no nos corresponde, esto es influencia que viene de Europa...” No lo vivía así, era la clase media que veía a este país como tranquilo”.



CV!: En nuestro país, quién protege a los artistas, se siente un artista protegido?

LFN: “Personalmente, no me puedo quejar, pero veo a los jóvenes en caminos difíciles. Recuerdo que cuando hice mi primera exposición tuve dos comentarios que me ayudaron muchísimo, ahora no veo comentarios, y ahora hay más críticos que nunca, son grandes títulos y nada más, antes había un sistema que me parece era mucho más inteligente, se hacían visitas a las exposiciones y se hacían excelentes críticas. Hoy no hay grandes figuras, pero generalizando hay un buen nivel. Hoy hay un amontonamiento de gente que quiere exponer y no saben dónde, y las galerías por lo general están manejadas por gente con pocos ojos pero con oídos, y los galeristas se contagian entre ellos... Yo no puedo quejarme, aún en los momentos más malos, en donde no vendía nada, tuve la suerte de recibir becas, quizás también la suerte que desde chico aprendí a manejarme en el mundo de la cultura y eso hacía más fácil las relaciones, y también esto tiene que ver con la figura de mi padre”.


Entrevista: Carlos Romano

Fotos: Romano

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