¿Envejecer o Crecer? Por Lic. Sergio Korman



“viejos son los trapos”…dice el aforismo. Y así como otras palabras, que en si mismas, se usan como agravio, como descalificación, como “gordo/a”, “negro/a”, “ruso/a”(como metáfora de avaricia o mezquindad), la palabra VIEJO/A, representa, en nuestra Cultura de la inmediatez, del éxito como objetivo imperativo ( el famoso “winner o loser”, “ganador o perdedor”), una suerte de sinónimo de deshecho, de “resto” de ser humano, de incompletud y ausencia de valor estructural, definitivo.



Como no podemos renunciar a la edad cronológica, no somos “responsables” de ella, podemos, si nos lo proponemos, “renunciar” a crecer, a madurar, huyendo o postergando de las responsabilidades, de asumir un proyecto de vida y luchar por él, sostenerlo, enriquecerlo, divulgarlo incluso a nuestro entorno.



Así “viajan” por la vida muchos eternos adolescentes (“adultescentes”), que se distinguen por su vestimenta, en ocasiones, por su lenguaje, pero, sobre todo, por su renuncia a la responsabilidad, y por su actitud demandante y caprichosa, al igual que sus “modelos” los adolescentes o incluso, los niños.



Curioso es que, sólo se considera “discapacidad” o “retraso” madurativo, a aquellos casos de personas con déficit cognitivo, como resultado de trastornos neurológicos. Y no se cuestiona la “normalidad”, o la salud emocional, de aquellos que, sin tales disfunciones neurológicas, andan por la vida fugando de responsabilidades, transgrediéndolas, no haciéndose cargo de sus hijos, por ejemplo, o “jugando” con los sentimientos de quienes depositan confianza y amor en ellos (tanto mujeres como hombres). Personas que viven traicionando pactos o acuerdos, o directamente nunca llegan a ellos (pactos), comportándose como eternos “ilegales existenciales”.



El “problema” es que CRECER (madurar existencialmente), implica un TRABAJO, que implica conciencia, actitud, valores, y, por sobre todas las cosas, LA VOLUNTAD de hacerlo. Y lamentablemente…no todos la alcanzan, sea por déficits en la educación familiar, sea por la adscripción a un “modelo” con ausencia de valores de responsabilidad que nos “baja” desde los que ejercen el Poder…o sea por las dos cosas.



Voy a transcribir un párrafo de la educadora suiza Elizabeth Kubler-Ross( 1926-2004), que como tantas otras veces, llegué a ello a través de mi pensador de “cabecera”, mi colega (y tocayo) Sergio SINAY.

Dice ella, en La rueda de la vida, su autobiografía: “Cuatro etapas signan nuestra vida, 1) la del RATÓN , juguetón y escurridizo, que es nuestra INFANCIA, 2) la del LEÓN, desafiante y omnipotente (y “melenudo” , jajaja), nuestra ADOLESCENCIA, 3) la del BÚFALO, que recorre pausadamente las praderas de la vida, y 4) la del AGUILA, que sobrevuela el mundo, y ya lo mira desde cierta distancia, la distancia que le ha otorgado la experiencia en él. ES LA VEJEZ”

Cuando éstos animales (sus metáforas), “sueñan” o SE EMPEÑAN, en “ser OTRO”, en no asumir su rol, pasan a ABANDONAR su funciones, y allí se producen los estancamientos en la vida, y sus consecuencias. Intentamos paralizar el paso del tiempo…cuando lo que se paraliza...es el CRECIMIENTO.

Pero la REALIDAD, imperturbable, se encarga de recordarnos…en que tramo de la vida nos encontramos.



Voy a finalizar con una hermosa frase de ERICH FROMM: “toda persona es, a la vez, escultora y mármol de una obra personal y única: NUESTRA PROPIA VIDA.

Si el escultor se detiene…la obra...queda…INCONCLUSA”

Hasta la próxima!

Lic Sergio J. Korman

Psicólogo

MN 12678 MP 80028 Consultas, preguntas, comentarios, al Tel 4654-6630 o al 11-6223-0623

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