“Una vez, cuando era niño, un millonario nos donó una lata de aceite para que la rifemos y nos compremos las camisetas de fútbol, de entrada fue una decepción, porque nosotros pensábamos que nos iba a comprar las camisetas, fue muy gracioso. Con el tiempo descubrimos que nos dejó una terrible enseñanza, porque nos puso en movimiento para llegar al objetivo…”. (Milo Lockett) Mediodía en el centro de Gregorio de Laferrere. Milo venía de trabajar en un Jardín de Infantes de González Catán, el encuentro fue en el Taller Expresarte de Horacio Calandriello. El artista llegó cansado pero satisfecho, una vez más había cumplido su cometido, en continuidad con su meta solidaria. Desde los inicios de su carrera, siempre estuvo comprometido con proyectos solidarios. Dio clases de pintura para niños sin recursos, colaboró con los murales del Hospital Garraham, participó de subastas a beneficio, colaboró con UNICEF, trabajó con niños de comunidades aborígenes en el norte de nuestro país, entre
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