HASTA QUE SE PONGA EL SOL Por Fabián Fuentes




Otra noche mágica, otra alegría y por sobre todo otra celebración. En la puerta antes de ingresar al Cine Gaumont, nadie dejó de saludar muy cariñosamente a Salvador. Llevaba puesta una remera con el sol de BAROCK, emblema icónico de los festivales. Visiblemente emocionado respondía con afecto y ahí entendí que ese hombre, anónimo, quedó retratado, quizás sin proponérselo, en la película Rock hasta que se ponga el sol, ya que era la primera persona que entraba al campo de Malvinas Argentinas del barrio de la Paternal donde se hizo el BAROCK III y su imagen graficaba la sensación que representaba una especie de guía que marcaba el camino, con su morral colgado, e invitaba con su recorrido a ser parte de la fiesta del rock.

La Sala Leonardo Favio, a lleno absoluto, fue el marco del evento en el que estuvieron presentes algunos de los músicos que participaron del mítico Festival de 1972 y de la película: Litto Nebbia, Willy Quiroga y Ricardo Soulé, Isa Portugheis , Ronan Bar y Jorge Durietz acompañados por Daniel Ripoll, organizador del BA Rock y director de la Revista Pelo.

Anticipando la proyección, hubo un show del solista Carca, que, acompañado de su guitarrón de 12 cuerdas y enmarcado en imágenes psicodélicas proyectadas sobre la pantalla de la sala, interpretó una versión acústica del tema Cosas Rústicas de Color Humano; luego vino la balada folk Campesina del sol de Gabriela y por último, Sin separarnos más, tema de Vox Dei con el que el músico cerró su homenaje.

Daniel Ripoll, responsable y organizador de los festivales BA Rock, se dirigió a los presentes: “Yo creo que debe ser una de las películas más vistas del cine argentino; y esto se debe a que cautivó a tres generaciones. Aquella generación primigenia que, bajo la bota militar, acompañó a los músicos que van a ver en la película. Una proeza dentro de la cultura argentina, que es ponerle la banda de sonido a 50 años de la historia nacional en un país que tiene 200 años de historia, es decir, un cuarto de la historia argentina está acompañada por la música de su banda de sonido”.

El productor continuó: “Gran parte del merecimiento de lo que eso significa, metafóricamente, culturalmente y estadísticamente para el rock, para la Argentina, lo tiene el público. Ese fluir entre el público y los músicos puso una vara muy alta para un movimiento como el rock nacional, que después de 50 años, por sus virtudes, resiste. Acá, en esta sala, por suerte, nos han venido a acompañar grandes músicos argentinos y ustedes, que son ese público que persiste a través de las generaciones”.

Daniel Ripoll para cerrar y antes de la proyección del film, manifestó: “Quiero hacer también un homenaje a Aníbal Uset, que un día se me apareció en la redacción de la revista Pelo para decirme que quería filmar el Festival BARock que hacíamos desde el año 70 en el Velódromo en los parques de Palermo. Teníamos todo arreglado para hacerlo también ahí en el 72, pero ya no nos quisieron, éramos muchos. Y no era conveniente. De un día para el otro lo sacaron y tuvimos que irnos a un predio de Paternal, donde ahora está el estadio Malvinas Argentinas. Ahí se filmó esta película. ¿Por qué se llama Hasta que se ponga el sol? El ministro de Seguridad de la época me dice ‘les vamos a dejar que hagan este festival, pero cuando se pone el sol se me van todos a casita’; entonces pensé ‘del defecto voy a hacer virtud’, y le puse eso como slogan al Festival, para avisarles, tanto a los músicos como al público, que cuando se ponía el sol nos teníamos que ir. El film fue visto por mucha gente en las funciones de trasnoche, porque era como un código de entendimiento”.

El film se proyectó en su soporte original de 35 mm, y es considerado como el primer documental de la etapa fundacional del movimiento de rock de la Argentina. Uset hizo el registro de las actuaciones de los principales grupos de la escena de ese momento en la que fue la tercera edición del Festival BA Rock, realizado en las instalaciones del club Argentinos Juniors de Buenos Aires, en 1972, y sumó filmaciones en el Teatro Olimpia y en los estudios de Phonalex. El documental registra algunas de las actuaciones en vivo de grupos y artistas solistas emblemáticos como Litto Nebbia, acompañado por el percusionista Domingo Cura; Color Humano, encargado de abrir musicalmente el film; Pescado Rabioso; Vox Dei, Pappo’s Blues; Claudio Gabis; Billy Bond y la Pesada del Rock and Roll; Gabriela Parodi, la primera cantante solista femenina del rock local, acompañada en esa ocasión por Nebbia y Color Humano; entre muchos otros artistas. También deja constancia del surgimiento de dos jóvenes que luego se destacaron en la historia del rock: Charly García y Nito Mestre, integrantes de Sui Generis; y de otro cantautor santafecino que, con su guitarra y su armónica, se hizo carne en el público: León Gieco.

La Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina reconoció a la película con el Premio Cóndor de Plata.



FUENTE: ESPACIO INCAA

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Entrevista: Milo Lockett “El arte es un derecho que tenemos todos”

Editorial noviembre 2024