MALVINAS Y EL ROCK ARGENTINO Por Fabián Fuentes


Para el rock argentino como movimiento, sus músicos, sus seguidores, sus revistas especializadas y su poca difusión en la radio y la TV las cosas nunca han sido fáciles.

Desde 1976 hasta el año 1982 este movimiento contracultural era algo paralelo a toda expresión de cultura popular argentina, sin apoyo de entes gubernamentales ni medios masivos de comunicación.

La mañana del 2 de Abril de 1982 asomó con una mezcla de euforia y sorpresa. La Tv explotaba con imágenes desde las Islas Malvinas y los diarios con sus tapas referían “Las Malvinas son Argentinas”.

Pasaron los días y al gobierno de turno en un rapto de desesperación al prohibir la música cantada en ingles tuvo que salir a rescatar la cultura popular argentina.

Es así que los productores radiales debieron en forma desesperada contar con amigos que le faciliten discos del rock argentino para musicalizar sus programas.

No hay antecedente alguno de escuchar tanto rock argentino en las radios y hablo de bandas que jamás han sido pasadas en ningún programa de los medios masivos.

La revista Pelo en una de sus tapas refería “La hora del rock nacional” vaya noticia deslumbrante pero a mi entender siempre fueros horas del rock argentino la diferencia era que ahora resultaba necesario dado que el rock en nuestro idioma contenía mensajes no solo de pacifismo sino de humanidad.

El domingo 16 de Mayo de 1982 y ante una lluvia y frío insistente se realizó un multitudinario festival en el Estadio Obras al aire libre con la presencia de los músicos más renombrados que se llamó “Festival de la Solidaridad Latinoamericana” y la entrada era un canje por ropa, alimentos, cigarrillos para los sufridos combatientes del sur, más luego nos enteramos que los camiones llenos de donaciones nunca llegaron a destino.

Charly García, Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia, Nito Mestre, León Gieco, Tantor, David Lebón, Rubén Rada, Cantilo-Durietz, Fantasía, Ricardo Soulé, Edelmiro Molinari, Raúl Porchetto y Dulces 16 -con Pappo como invitado- y el dúo Moro-Satragni aceptaron formar parte del cartel solidario.

El encuentro multitudinario fue transmitido por Canal 9 y también por las FM de Rivadavia y Del Plata, algo inédito hasta ese momento. Difusión en directo y sin cortes publicitarios, casi una cadena nacional con rock argentino.


Es el día de hoy que es tema de debate el costo político que asumieron los músicos que han participado en ese festival y la férrea negativa de dos de ellos, Virus y Los Violadores en ser parte de ese encuentro. Creo yo que no fueron obligados ni fueron engañados para participar dado que todos los artistas más representativos fueron parte de un mensaje pacífico con público en sintonía a la necesidad de la búsqueda de paz a través del rock y al mismo tiempo no quedan dudas de que el escenario bélico creó una configuración cultural y política excepcional, que tiñó inevitablemente a toda la sociedad, o al menos a todo aquel que no hubiera asumido una actitud de oposición explícita a lo que estaba sucediendo, lo cual, por supuesto, era muy difícil. En el caso del rock, hay que correrse de la contraposición entre colaboracionismo y resistencia para pensar otras posiciones más ambiguas, que nos permitan reflexionar sobre la responsabilidad social de lo sucedido durante la guerra de Malvinas y durante los años de la dictadura.

Ya en Junio de 1982 y con el conflicto bélico finalizado el rock argentino avanzó por la recta final de la popularidad, afianzándose en los medios como nunca antes, que se vio materializada con la llegada de la democracia en 1983 donde definitivamente ya es parte del acervo cultural de los argentinos.

FUENTES: REVISTA PELO – REVISTA ROLLING STONE

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